Sentimientos encontrados esta mañana


El evangelio de hoy, escrito por Mateo 6, 7-15, en especial los versos del 9 al 13, nos cuenta como Jesús enseñó a sus discípulos rezar al Padre Dios, lo que después, llamaríamos el "padrenuestro" y mis pensamientos fluyeron hacia épocas duras que viví cuando estudiaba; arranqué en los años 70 en la universidad, hasta 1975. El país, vivía de convulsión en convulsión; veníamos de golpes militares; el regreso del general Perón en 1973, su muerte un año más tarde; la inestabilidad política y económica posterior; irrupción de la guerrilla (Montoneros, ERP y otros) hasta desembocar en el golpe militar de 1976 dando comienzo a la época más trágica de Argentina, con coletazos que siguen y siguen

Mientras tanto, hoy, reflexionaba sobre el padrenuestro; los cambios que se le introdujeron al texto original en 1988, el que ahora le introdujo el Papa Francisco. La esencia no cambia; soy de los que piensan que levantar las manos durante el rezo no está bien, porque es un gesto exclusivo de los sacerdotes en momentos de la misa, no de los laicos.

La esencia, más allá de los cambios, es la misma. Uno recurre a Dios siempre que lo necesita. Y me acordé, de repente, la letra de la canción de Andrés Calamaro «Crímenes perfectos» que dicen fue escrita pensando en los crímenes del golpe del 76.. 

Sentiste alguna vez lo que es, tener el corazón roto? Sentiste a los asuntos pendientes volver, hasta volverte muy loco? Si resulta que sí, si podrás entender, lo que me pasa a mí esta noche ella no va a volver y la pena me empieza a crecer, adentro. La moneda calló por el lado de la soledad y el dolor

La vida es el mayor don que recibimos. El mayor drama de un ser humano es vivir sin esperar nada de la vida, no encontrar un sentido a lo que hace ni a su propia existencia.

Vive de tal manera que nunca te arrepientas de haber vivido. Vive para que al final no te encuentres “con las manos vacías y el corazón roto”. 

La vida es el cumplimiento de una misión: colaborar con el Dios Creador para hacer que este mundo sea más fraterno y conforme a sus planes de amor y de justicia.

La vida misma se convierte en ofrenda vacía cuando no somos capaces de acallar la ira del vacío y del absurdo. Cuando abrimos el corazón y los ojos a la realidad, en ocasiones tan pálida y tan callada, entonces el aroma de la serenidad anida despacio en nuestro ego. 

La vida misma se hace soportable en momentos cuando resuena en nosotros las palabras de Cristo: “Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar.”

Necesitamos encontrar una respuesta convincente que nos arranque nuestro conflicto y nos rompa nuestra ceguera espiritual. Y suena la canción Nadie te ama como yo

Cuánto he esperado este momento, cuánto he esperado que estuvieras aquí, cuánto he esperado que me hablaras, cuánto he esperado que vinieras a mí. Yo sé bien lo que has vivido, yo sé bien por qué has llorado, yo sé bien lo que has sufrido, pues de tu lado no me he ido



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Algunos párrafos de Francisco Baena Calvo

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