11 de marzo de 2011

La bondad y sus apariencias

Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre,

Comparto este excelente texto de Ramiro Pellitero, un aporte a nuestra proyección en el camino de cuaresma y el discernimiento necesario para «ver» nuestros pasos, con la sabiduría que nos viene del Espíritu Santo.

Hay muchos que dicen, y seguramente lo piensan: “Yo soy bueno, porque no mato, ni robo, ni violento a los demás…”. Puede parecer que la palabra “bueno” significa una sola cosa y la misma en todos los idiomas, pero no es así. De hecho tiene múltiples sentidos en castellano, a los que cabe añadir diversos matices que implica el uso de sus equivalentes en otras lenguas.

Según el diccionario del castellano, bueno se refiere ciertamente a la bondad, pero también a lo útil, agradable o apetecible; asimismo se dice de algo grande o fuera de lo normal, aunque no sea precisamente bueno moralmente (buena cuchillada); bueno es igualmente algo sano (no enfermo ni deteriorado) o suficiente. En definitiva, no siempre está del todo claro lo que se quiere decir con “bueno”.

“Bueno” se titula precisamente una película: “Good” (Vicente Amorin, 2008), basada en el texto homónimo del escocés C. P. Taylor, y que puede verse como un caso para reflexionar sobre lo que dice nuestro título: la bondad y sus apariencias.

La acción se sitúa en Alemania a principios de los años treinta. Se trata de John Halder, un psiquiatra bien parecido, prestigioso profesor universitario y escritor en ciernes. Es una “buena persona”, o eso parece: buen hijo, con su madre enferma; fiel, atento y afectuoso con su esposa; buen padre, cariñoso, con sus hijos; buen amigo, especialmente con su propio médico, Maurice, judío. Aunque parece seguro de lo que piensa y de lo que quiere hacer, sin embargo no es un hombre de pensamiento claro, convicciones definidas o ética personal inequívoca (nadie, podría decirse, es “totalmente bueno”).

En la primera novela del Dr. Halder, los nazis descubren el argumento de la “compasión” como motivo para “acortar” el sufrimiento “inútil” por medio de la eutanasia. Eso les parece interesante para sus planes y se lo van ganando, por medio de halagos, prebendas e incluso, de vez en cuando, a medida que pasa el tiempo, pequeñas advertencias. Poco a poco John pierde todo lo valioso que tenía: su madre (a la que ha ido descuidando, hasta que ella muere), su esposa y sus hijos (a los que abandona por otra mujer), y su mejor amigo (a quien deja indefenso en circunstancias ya amenazadoras para los judíos, para no correr, el mismo Halder, excesivos riesgos en su reputación social).

Cuando estalla la persecución hacia los judíos, el doctor Halder se encuentra investido del cargo de director de su departamento… y vestido de oficial de las SS. Se supone que él no quiere hacer nada malo, pero…

En el Evangelio, Jesús rechaza incluso que un joven le llame –¡a Él, que es el Hijo de Dios!– maestro bueno: “¿Por qué me llamas ‘bueno’? Nadie es bueno sino uno solo: Dios” (Mc 10, 18). En otro momento (Lc 18, 9-14), se sirve, para su enseñanza, de la parábola de un fariseo que se creía bueno, pero en el fondo era, como otros muchos, un hipócrita, incapaz de caer en la realidad de sus defectos… y pecados.

Aunque la crítica cinematográfica no la considere de gran calidad, lo cierto es que la película “Good” transmite bien lo que quiere decir. No trata sólo de nazis, sino que puede entenderse también referida a muchas personas que, siendo más o menos “buenas”, o pareciéndolo, se dejan llevar por las circunstancias –o mejor sería decir las conveniencias– y terminan cometiendo verdaderas atrocidades o siendo cómplices de ellas. Esto no es ninguna teoría, sino algo lamentablemente común, que, en algún grado menor, podría sucedernos a cualquiera.

Así, algo que al principio se considera “bueno” (pero que, si se examina más de cerca, seguramente no es “trigo limpio”) puede transmutarse, de modo sibilino, en una ilegítima cooperación al mal. El caso es que la apatía, el silencio, el dejar hacer, la mediocridad o la cobardía de los “buenos” –o de los que así se creen o nos creemos– puede llevar a traicionar nuestra propia dignidad y destruir las personas y las realidades que más queremos. ¿No fue Dostoiewsky el que dijo que cuando Dios no está presente (Dios y la unión con Dios es la única garantía de “lo bueno”), todo está permitido?

Pensemos en nuestros planteamientos y en nuestros hechos; en nuestras ideas, más o menos contrastadas, y en nuestra conducta real; en la veracidad de nuestra información, en la calidad de nuestra “formación”… y en nuestro obrar cotidiano. Y los cristianos, examinemos además la autenticidad de nuestra unión con Dios, de nuestra oración, y, como consecuencia, de nuestra caridad. No confiemos demasiado en lo que por ahí “se” llama bueno. Y trabajemos “con hechos” a favor de lo que en 1962 dijo Joseph Ratzinger: “El mundo vive del hecho de que siempre ha habido quienes han creído, quienes han esperado y amado”.

Fraternalmente,



____
Imagen de Reuters

13 comentarios:

  1. Sólo Dios ve los corazones y sabe quien de verdad es bueno (buen cristiano) Perseverar en la oración, nos acerca a Dios y nos ayuda a ser mejores persona.
    ¡Qué el Espíritu Santo nos ilumine!

    Querido Amigo, Un gustazo leerte.
    Dios te bendiga!
    Besotes.

    ResponderBorrar
  2. conforme pasan los años, tiemblo ante la posibilidad del autoengaño. El ser humano en según que situaciones es capaz de autoengañarse de una manera que causa espanto...
    Roguemos al Señor que nos una fuertemente a Él y nos conceda poner siempre el Amor Divino y su derivado el amor al prójimo en primer lugar en nuestras vidas. Así no andaremos lejos de Él.
    Un abrazo.
    ;O)

    ResponderBorrar
  3. Muchas gracias, Claudio.

    Voy a procurar hacerme con esa película de la que no había oído hablar. Tiene una pinta buenísima (nunca mejor dicho).

    ResponderBorrar
  4. Hola Amigo vengo a saludarte y a desear para vos abundantes bendiciones.
    Estás en mis oraciones.
    Besotes tucumanos.

    ResponderBorrar
  5. Gracias recuerda que oramos por ti recuerda que ÉL es tu victoria unidos en oración mi querido hermano un fuerte abrazo

    ResponderBorrar
  6. AMIGO CLAUDIO,ME PASE A DEJARTE MIS BENDICIONES Y TODA LA LUZ QUE NECESITES PARA SEGUIR EN ESTE CAMINO ESTRECHO,YA QUE EL MUNDO ESTA TAN REVUELTO QUE MAS VALE NOS AFERRAMOS A CRISTO JESUS MAS FUERTEMENTE.EN FACEBOOK HAY UNA PAGINA DONDE ESTAMOS MOSTRANDO EL HUMILDE TRABAJO QUE ESTAMOS HACIENDO CON LOS NIÑOS,TAL VEZ NOS PUEDAS AYUDAR CON ALGO.NUESTROS PEDIDOS SON MUY ELEMENTALES Y LO IMPORTANTE QUE TODO LO HACEMOS SIN FINES DE LUCRO.UN ABRAZO AMIGO.

    ResponderBorrar
  7. AMIGO EN FACEBOOK:NIÑOS DE MARIA DE LA EUCARISTIA.GRACIAS!!!!!!!!!

    ResponderBorrar
  8. Creer, esperar y amar. Muy linda entrada. Basta con caminar con Él.Un abrazo.

    ResponderBorrar
  9. !Hola¡ Claudio espero que te encuentre bien perdona pero he estado buscando tu correo por saber de ti pero no doy con el recuerda que oramos por ti hermano cuidate mucho unidos en oración y un abrazo

    ResponderBorrar
  10. Hola Claudio, he pasado a saludarlo, espero se encuentre bien... Bendiciones!!! Abrazos desde Paraguay

    ResponderBorrar
  11. Hola Amigo vengo a desearte un Feliz fin de semana con muchas bendiciones.
    Estas en mis oraciones.
    Paz y Bien

    ResponderBorrar
  12. HOLA:
    en el primer aniversario de Nuestra Santisima Madre, he dejado un pequeño recuerdo para ti.
    Un afectuoso saludo y muchas gracias.

    ResponderBorrar
  13. AMIGO ...ESPERO ESTES BIEN Y CAMINANDO.TE EXTRAÑO.REZO POR TI .

    ResponderBorrar

«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.