Solos, no podemos


Marcos 5, 1, 20

El hombre poseído aparece como una figura tan temible como formidable. Es tan fuerte que nadie es capaz de mantenerlo bajo control. Vive en un cementerio, un lugar siniestro y, para los judíos un lugar impuro. No cesa de llenar el día y la noche con sus chillidos y gritos de dolor mientras se corta con piedras. Sin duda, todos se mantuvieron alejados de él, temerosos de su violencia. Y sin embargo, desde el momento de su encuentro, Jesús tiene autoridad absoluta sobre él. El hombre no corre hacia él para amenazarlo, sino para suplicarle que no le atormente. Los poderes del infierno no tienen potestad sobre Cristo.

Nuestro Señor exorciza entonces a los demonios con un poder maravilloso. El texto no explica por qué permite que los demonios entren en los cerdos, pero la destrucción que sigue es ciertamente una demostración visible de su autoridad y de la magnitud del mal al que ha vencido.

Después de la salida de los demonios, el hombre se transforma completamente, hasta el punto de que ahora quiere ser un discípulo. Jesús no le permite subir a la barca con los apóstoles, aunque sí le confiere una misión apostólica, la cual lleva a cabo fielmente. 

Dios da tareas muy variadas a las personas. Para nosotros lo más importante es llevar a cabo con la mayor perfección posible la tarea que se nos ha dado, en lugar de anhelar otra. Este hombre obedeció a Jesús y contó a la gente de la región de la Decápolis las grandes cosas que Jesús había hecho por él, y se nos dice que todos se maravillaron. 

Sin la ayuda de Nuestro Señor somos muy débiles y sucumbimos fácilmente al mal. Pero con su gracia todas las cosas son posibles, e incluso la persona más inesperada puede ser llamada a ser un apóstol.

 Todo el episodio demuestra que no hay dificultad que Dios no pueda superar, y no hay mal que no pueda vencer. Esto incluye todo tipo de pecados y cualquier cosa que uno haya hecho en su vida. El hombre poseído se encontraba en una condición verdaderamente desastrosa; si un candidato tan improbable puede transformarse en un discípulo efectivo de Cristo, hay esperanza para todos.

Paz y bien


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