Inclusión o exclusión. Aceptación o rechazo

El Evangelio de hoy (Mc 2, 13-17) relata el llamado a Mateo (Levi) que era cobrador de impuestos, un publicano, actividad que antes y ahora, no es querida por la gente; Jesús fue a cenar a casa de Mateo y ahi se armó una discusión con los escribas (hoy le diríamos "casta") por la inclusión en la cena o en la mesa de publicanos y pecadores. Todo gente que era excluida de la buena sociedad judía.

Ese es el punto. La inclusión; "les vengo a proponer a todos un reino" repite Jesús en todo momento y donde vaya. El Reino de Dios es inclusivo. Hace pocos días vi un reportaje al Papa Francisco contestar una pregunta referida a la bendición impartida a matrimonios de homosexuales; el contestó que no bendice el matrimonio, bendice a las personas, porque la bendición de Dios es para todos, inclusiva.

Es cierto también, sobre todo en el ámbito de cada parroquia, que todo pasa por el tamiz de la opinión pública con relación a los ministros de la eucaristía o lo ayudantes del cura párroco; o del celebrante de la palabra cuando no hay sacerdotes para dar la misa para ver si hizo méritos para ello, sin siquiera pensar que si no fuera decisión de Dios, ya no seguirían haciendo lo que hacen. Es que en el evangelio, Jesús nos muestra que, si queremos ser sus seguidores, el juego más importante al que podemos jugar en la vida es el juego de incluir, de no dejar a nadie fuera por malo que sea.

En este mundo tan globalizado, hay cristianos y no cristianos, católicos y no católicos que juegan al juego de excluir; van pasando lista y tachando gente, por distintos motivos o criterios, el color, el sexo, ideas políticas, comportamientos.., a los travestis, a los que se llenan el cuerpo de tatuajes (para tapar insanaciones) son tantos los "por que" que al final se van quedando solos (más solos que la luna diría Joaquín Sabina). 

Es necesario incluir, no tener adversarios. El hermano Roger, fundador de la comunidad ecuménica de Taizé, Francia, dice que una condición para lograr la reconciliación es liberarnos del hábito de creer que siempre tenemos un oponente o sea, alguien que no está de acuerdo con nosotros, con razón o sin ella. No hay que perder tiempo en confrontaciones que no dejan ningún fruto. Acerquemosno no solo a las personas que son como nosotros, sino también hacia aquellas diferentes en opiniones y sentimientos.

Una de las cosas que hieren y es causa de grandes odios es el rechazo o la indiferencia; todos de alguna manera fuimos afectados en el área de la aceptación; cuando aceptemos que no podemos ser aceptados por todos tendremos paz, mucha paz. 

La Desiderata (del latín desiderata "cosas deseadas", plural de desiderátum) es un poema sobre la búsqueda de la felicidad en la vida escrito por Max Ehrmann, que cae como anillo al dedo sobre el Evangelio de hoy.

Paz y bien


Camina plácido entre el ruido y la prisa, y recuerda que la paz se puede encontrar en el silencio. 

En cuanto te sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas. 

Enuncia tu verdad de una manera serena y clara, y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante, también ellos tienen su propia historia. 

Evita a las personas ruidosas y agresivas, ya que son un fastidio para el espíritu. 

Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú. 

Disfruta de tus éxitos, lo mismo que de tus planes. 

Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea, ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos. 

Sé cauto en tus negocios, pues el mundo está lleno de engaños. 

Pero no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe, hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales, la vida está llena de heroísmo. 

Sé tú mismo, y en especial no finjas el afecto, y no seas cínico en el amor, pues en medio de todas las arideces y desengaños, es perenne como la hierba. 

Acata dócilmente el consejo de los años, abandonando con donaire las cosas de la juventud.

Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja de las adversidades repentinas, mas no te agotes con pensamientos oscuros, muchos temores nacen de la fatiga y la soledad. Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo. 

Tú eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas, tienes derecho a existir, y sea que te resulte claro o no, indudablemente el universo marcha como debiera. 

Por eso debes estar en paz con Dios, cualquiera que sea tu idea de Él, y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones, conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida. 

Aún con todas sus farsas, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía hermoso. 

Sé alegre. Esfuérzate por ser feliz.




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