El pan de la palabra
La liturgia de hoy nos ofrece un milagro portentoso, algo increíble, extraordinario, más imposible de creer, incluso, que una resurrección como la de la hija de Jairo o la del hijo de la viuda. Sin embargo ocurrió, tal como cuenta Marcos: al multiplicar los panes Jesús se manifiesta como profeta
Dado que Jesús se conmovió al ver a toda aquella gente necesitada de guía y de ayuda, podríamos esperar de Él que obrara algún milagro. Sin embargo, se puso a enseñarles muchas cosas. He aquí el primer pan que el Mesías ofrece a la multitud hambrienta y perdida: el pan de la Palabra.
Su compasión no indica simplemente una reacción emotiva frente a una situación de malestar de la gente, sino que va más allá: es la actitud y la predisposición de Dios hacia el hombre y su historia. Jesús aparece como la preocupación y el cuidado de Dios por su pueblo.
Todos nosotros tenemos necesidad de palabras de verdad que nos guíen y que iluminen nuestro camino. Sin la verdad, que es Cristo mismo, no es posible encontrar la orientación correcta en la vida. Cuando nos alejamos de Jesús y de su amor, nos perdemos y la existencia se transforma en desilusión e insatisfacción. Con Jesús al lado, se puede proceder con seguridad, se pueden superar las pruebas, avanzar en el amor hacia Dios y hacia el prójimo. Jesús se hizo don para los demás, convirtiéndose así en modelo de amor y de servicio para cada uno de nosotros.
"Denles de comer ustedes mismos" El evangelio de hoy describe la esencia del cristianismo; la compasión como fundamento; la importancia de la fe en medio de las pruebas; la generosidad como testimonio de unidad; la gratitud por los dones de Dios y actuar siempre en comunidad.
Comentarios
Publicar un comentario
«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.