30 de noviembre de 2011

Estamos hechos para una casa

 Si Dios es mi padre, estoy en comunicación con Él, 
puedo hablar con Él y decirle: «Padre mío y Dios mío»
Esto es verdaderamente extraordinario
y es la fuente de todos los dones posibles.
Con Él tengo el don de la vida.
Con Él tengo el don de la verdad,
Con Él tengo el don del amor.
Sobre todo, con Él tengo el don de la «casa»
Toda mi experiencia sobre esta tierra
me ha madurado para la idea de la «casa»...
Tener un casa, vivir en una casa para no estar solos.
Estamos hechos de relaciones con otros.
Estamos hechos de amor, de dulzura,
de don de sí, de reciprocidad.
Estamos hechos para ir a una casa donde haya un padre
y donde haya hermanos y nadie sea excluido.
Estamos hechos para una casa
que nos dé la sensación de estabilidad,
de continuidad, de reposo.
Si, estamos hechos para una casa donde Dios es Padre
y donde todos los hombres son hermanos

Carlo Carretto


Fraternalmente,

29 de noviembre de 2011

«Alégrense siempre en el Señor»

La carta que San Pablo escribió a la comunidad cristiana de Filipos es personal, íntima y tierna. En si, esta comunidad es la que le demostró -siempre- más cariño, por eso el apóstol les escribe desde la cárcel.

El trozo que elegí de ella, 4, 4-9 me parece especial para este tiempo de espera y reflexión.
Alégrense siempre en el Señor.
Vuelvo a insistir, alégrense.
Que la bondad de ustedes sea conocida
por todos los hombres.
El Señor está cerca.
No se angustien por nada,
y en cualquier circunstancia,
recurran siempre a la oración y a la súplica
acompañada de acción de gracias
para presentar sus peticiones a Dios.
Entonces, la paz de Dios,
que supera todo lo que podemos pensar,
tomará bajo su cuidado los corazones
y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.
En fin, hermanos,
todo lo que es verdadero y noble,
todo lo que es justo y puro,
todo lo que amable y digno de honra,
todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza,
debe ser el objeto de sus pensamientos.
Pongan en práctica lo que han aprendido y recibido
lo que han oído y visto en mí,
y el Dios de la paz estará con ustedes.
Fraternalmente,

28 de noviembre de 2011

Detrás del miedo está la libertad

Eccli. 40, 26-27

¿Qué importa que el ave esté atada por una cadena o por un hilo, si al fin está atada y no puede volar por los espacios?

Piensa que tú puedes sentirte atado. No te tranquilices si ves que tu atadura es solamente un hilo; preócupate por el hecho de sentirte atado, de no sentirte libre.

Tus defectos no serán muy graves, muy serios, muy escandalosos para los demás, pero son defectos y por ello te impiden volar a la altura de la perfección.

Son defectos y, por lo tanto, no hacen que seas malo, pero impiden que seas mejor; y, si es muy bueno no ser malo, es muy malo no ser mejor.

No sabe cuánto bien hace el que no hace el mal; pero tampoco sabe cuánto mal hace el que no hace el bien. 

Rompe todas tus cadenas, pero desata también o corta todos tus hilos; siéntete libre y lánzate a las alturas, hacia Dios.

Vive plenamente el adviento.

Fraternalmente,



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Con la ayuda del padre Alfonso Milagro

27 de noviembre de 2011

Atentos, despiertos y en oración

1º Domingo de Adviento - Ciclo B - Marcos 13, 33-37

Esperar supone una vigilancia constante y responsable. Hay personas que esperan acontecimientos no del todo definidos en su vida. Esperan cosas de manera global a través de un golpe de suerte o esperan situaciones después de un esfuerzo considerable.

La espera del cristiano es algo distinta. Nuestro esperar se mueve en el presente y en el futuro. Tenemos que esperar no desde nuestras expectativas sino desde el ritmo de Dios. Nuestra espera es gratuita, segura. Nuestra espera pasa por la confianza en Dios más que en nosotros mismos y en las cosas que nos rodean.

En la vida de fe se pierden muchas valiosas energías, cuando somos nosotros, quienes prescindiendo de Dios, queremos marcar el ritmo y la marcha de nuestra espera; la espera en Jesús es aceptar lo que ya sabemos, es aceptar el encuentro amoroso con el amor.

Adviento es tiempo de compromiso y requiere: estar atentos, despiertos y orando.

Atentos para que nada nos disponga a pasar por alto la venida del Señor. Hay muchas cosas que nos pueden distraer de descubrir al Señor. Es relativamente fácil alejarnos de Dios e incluso ocultarnos (como en el paraíso) de Él, pero es muy difícil mantenernos en Dios porque la realidad del mundo no ayuda.

Estar despiertos, saber descubrir en la noche de la vida las tinieblas de nuestro yo y ver la luz de Cristo que viene. El velar significa dejarse iluminar la vida por Jesús.

Y en oración. Esperar atentos y velando en oración. No es esperar de cualquier manera, sino en una actitud de hijo, de desvalido, de quien de verdad espera al Señor.

Cuando se ora, la espera no cansa sino que ensancha y transforma nuestro corazón.
Señor, que no me duerma; sacude la modorra de mi cristianismo mediocre y comodón; que no me deje arrastrar por el hedonismo que socava la vida espiritual. Abreme los ojos al horizonte que apunta el nuevo día, el día del encuentro, el Día que eres Tú. Quiero preparar mi corazón con el arrepentimiento y la penitencia por mis faltas, para que cuando llegue esta Navidad me encuentres preparado.
El que estuvo presente en su naturaleza, viene en su misericordia...

Fraternalmente, 


26 de noviembre de 2011

Inmaculado corazón de María

 Madre, te encomendamos a todos los hombres, 
comenzando por los más débiles:
a los niños que aún no han visto la luz
y a los que han nacido en medio de la pobreza y sufrimiento;
a los jóvenes en busca de sentido, 
a las personas que no tienen trabajo
y a las que padecen hambre o enfermedad.
Te encomendamos a las familias rotas,
a los ancianos que carecen de asistencia
y a cuantos están solos y sin esperanza.
Madre, que conoces los sufrimientos
y las esperanzas de la Iglesia y del mundo,
ayuda a tus hijos en las pruebas cotidianas
que la vida reserva a cada uno
y haz que, por el esfuerzo de todos,
las tinieblas no prevalezcan sobre la luz.
A tí, aurora de la salvación, confiamos nuestro camino,
para que bajo tu guía
todos los hombres descubran a Cristo,
luz del mundo y único Salvador,
que reina con el Padre y el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos. Amén.

Juan Pablo II
Fraternalmente, 


25 de noviembre de 2011

Esfuerzos


Sin lugar a dudas todos deseamos ser mejores de lo que somos, incluso habremos hecho algunos esfuerzos por serlo; pero esos esfuerzos no fueron suficientes y por eso no lo hemos logrado.

No debemos desalentarnos; jamás podremos colocar la segunda piedra si no ponemos la primera; no podremos escalar el segundo peldaño si antes no pisamos el primero; no llegaremos a la cima si no empezamos a trepar por la ladera.

El esfuerzo de hoy posibilitará el ascenso de mañana..., no se nos exige el ascenso de mañana, pero si el esfuerzo de hoy. El esfuerzo de mañana, hoy no es posible; pero el paso de hoy, si y en consecuencias, estamos obligados a hacerlo.

No nos quejemos mañana si hoy fundamentamos su fracaso.

Si hoy no morimos a nosotros mismos, no nos quejemos de que mañana no tengamos "nueva" vida...¿seguiremos con la misma vida de ayer, la vieja y caduca vida o la nueva de la gracia de Dios?
En la vida de aquellos hombres que, siendo hombres como nosotros se transforman con mayor perfección en imagen de Cristo, Dios manifiesta en forma viva su presencia y su rostro. En ellos, El mismo nos habla y nos ofrece un signo de su Reino. (Lumen Gentium, 50)

Fraternalmente,

Claudio




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Los cinco minutos de Dios

24 de noviembre de 2011

Silencio

Ecle. 7, 5-6

Hoy nos cuesta bastante aceptar el silencio; estamos rodeados por todas partes de un ruido ensordecedor. Ese ruido puede impedir que nos oigamos a nosotros mismos y que oigamos la voz de Dios que nos habla en nuestro interior.

Cuesta a veces callar en los momentos difíciles, en las penas amargas y en los goces íntimos, en las calumnias mordaces y en las alabanzas excesivas, en los pareceres hirientes y en los vaivenes de un corazón que se aleja.

Silencios que traen como consecuencia la inmersión en el Dios que portamos en nuestra intimidad.

Si miramos el bosque, lo veremos lleno de vida; pero la flor que abre sus pétalos lo hace en silencio; la violeta que esparce su perfume, la enredadera que trepa a lo alto, la gramilla que alfombra, las ramas que se extienden, el agua que se desliza... todo eso es silencio y todo eso es vida y da la vida.

Muchas veces es preferible el silencio a mi alrededor que no palabras sin sentido; si las palabras son plata, el silencio es oro y si el silencio ha llegado a convertirse en oro, en ese caso el silencio muy fácilmente será cielo.

Fraternalmente,

Claudio



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Con la ayuda de Alfonso Milagro / Foto: Colección de El Ojo Digital «habas y niebla»

23 de noviembre de 2011

Una vida de maravillas


Prov. 3, 5 - 12

Si el hombre lleva a Dios consigo, no puede llevarlo tan oculto que no le aparezca; ese Dios íntimo, que penetra hasta lo más recóndito de su ser, debe salir a su exterior.

Y así ese Dios hará que cuando el hombre tome conciencia de las maravillas de su vida, la convierta en una vida de maravillas. 

Maravillas de gracia y de amor; maravillas de generosidad y de entrega; maravillas de donación y de ofrenda; maravillas de consagración y de comunión.

Comunión con Dios y con los demás hombres; comunión con la naturaleza y con todo el cosmos. Con ese cosmos exterior que lo rodea y con ese cosmos íntimo que vive en su interior.

El hombre, así, se habrá convertido en un ser de profundidad, de dimensiones múltiples; así llegará a ser constructor de sí mismo y el hacedor de un nuevo mundo, de un nuevo estado de cosas, en el que reine el orden y la jerarquización de los valores.

Fraternalmente,




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Alfonso Milagro

22 de noviembre de 2011

Mansedumbre

Mt. 2, 14
Nuestra Señora en la huida a Egipto aceptó las consecuencias de la persecución de que objeto Jesús.

No debe olvidarse el cristiano de que si el altar puede estar afuera del templo, el Sagrario solamente está en el templo y el cristiano necesita tanto del altar como del Sagrario.

Para María la voluntad de Dios no siempre fue agradable por lo que le pedía, pero siempre le fue agradable saber y conocer que lo que estaba haciendo o aceptando era precisamente la voluntad de Dios; Ella como Jesús, pudo afirmar: «Mi alimento es hacer en todo la voluntad de Padre Celestial»

Fraternalmente, 



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«Los cinco minutos de María»

21 de noviembre de 2011

Orígenes


«Entonces Yavé formó al hombre con polvo de la tierra
y sopló en sus narices aliento de vida y
existió el hombre con aliento y vida (Gn. 2, 7)

Eso es el hombre, nada más que eso, pero nada menos que eso: un aliento de Dios, un algo de Dios, algo vital como es el aliento.

El hombre lleva en si un poco del calor de Dios de ese calor que es fecundo y que da vida. Pero si es calor de Dios, ¿por qué no se convierte en una llama que encienda cuanto alrededor suyo se halle? Si es calor de Dios, ¿por qué va esparciendo frío en sus relaciones, frío de resentimientos, frío de hostilidades, frío de egoísmos?

Caminos divergentes..., no estamos llamados a ser témpanos, sino fuego; donde están los témpanos hay frío, donde hay frío, no hay vida. Donde hay fuego, hay calor y donde hay calor, surge el acto de la vida.

Fraternalmente,





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Con textos de Alfonso Milagro / Foto: El Ojo Digital - «Caminos Divergentes» de JavierLT

20 de noviembre de 2011

Servir es reinar


“Dios ha de juzgarlo todo, aun lo oculto, 
y toda acción, sea buena o sea mala”  (Ecl. 12, 14)

Domingo 34, ciclo A - Mateo 25, 31- 46

El juicio final será la manifestación pública de qué acciones eran las que teníamos que hacer en este mundo. No podemos vivir de modo egoísta nuestra vida. Si estamos en la tierra es para algo, no para tratar de disfrutar sin más. Además de las cosas que se refieren al servicio de Dios, hemos de hacer muchas obras en favor de los demás. Los que son condenados en el infierno según estas palabras del Señor no son los que han hecho acciones pecaminosas y no se arrepintieron -eso se da por supuesto-, sino también los que no hicieron el bien que podían y debían haber hecho; es decir, los pecados de omisión.
 
Es muy cómodo, muy egoísta, organizarse la propia vida sin querer ver las necesidades del prójimo. Pero si en esta tierra unos tienen unas oportunidades y otros no, unos son suficientes para salir adelante y otros son más débiles o están enfermos, Dios cuenta con unos para ayudar a los otros. Y no es una cuestión de justicia, no se trata sólo de resolver problemas, sino de ver en los que están necesitados personas.
 
Es más, Jesucristo eleva de tal manera la solidaridad, la caridad, que Él se pone en el lugar del enfermo, del niño, del marginado, del pobre, porque por cada uno Él vino a la tierra, padeció y murió. No basta con no abandonar a nadie, con no torturar o matar. Es que Jesús padeció la soledad, la injusticia, la tortura y la muerte, y se ha solidarizado de tal manera con cada persona que sufre, que pide a cada hombre que intente ayudar al que pasa necesidad.
Señor Jesús, que nunca fuiste indiferente ante el sufrimiento humano, y conoces bien el sufrimiento humano porque lo padeciste en tu carne y en tu espíritu, ayúdanos a tener corazón, a no desentendernos del necesitado. Y ayúdanos a llevar con paciencia nuestros dolores, unidos a tu Pasión, porque sabemos que así reinaremos contigo.
Fraternalmente, Feliz Fiesta de Cristo Rey!



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Con textos de Jesús Martínez García

19 de noviembre de 2011

Pocas palabras


Nuestra Señora en el Magnificat cantó proféticamente la libertad de los hijos de Dios y el cumplimiento de la promesa.

Nunca diga tu boca lo que tu pensamiento no acepta; nunca diga tu boca lo que tu vida no predica y nunca vivas como no piensas que se debe vivir.

Pocas son las ocasiones en las que el Evangelio nos menciona a la Virgen María; menos aún las veces en la que ella tomó la palabra; pero las pocas palabras suyas que nos han sido transmitidas brillan por su prudencia y por su mesura, como dándonos ejemplo y enseñándonos el modo como nosotros debemos hablar: siempre con la verdad y la debida prudencia.

Fraternalmente,



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Sobre textos de Alfonso Milagro

18 de noviembre de 2011

La vida está llena de secretos


Sab. 1, 12-13

Tomás tenía 9 años. Estaba desaparecido desde el Martes. Lo encontraron muerto hoy, alrededor de las 18. Lo secuestraron a la salida del colegio cerca de las 13, por eso es que conservaba el uniforme de su escuela y a pocos metros de su cuerpito, su mochila de color rojo.

La intemperancia, la indolencia, la impaciencia, el descontrol, la intolerancia domina a nuestra sociedad.

La vida esta llena de secretos. Hoy han nacidos unos y otros -como Tomás- se despidieron de la vida; unos cerraron sus ojos y otros los abrieron a la luz.

Hoy han reído y gozado mucho, mientras otros sufrieron a gritos o en silencio; todo está mezclado en este mundo; penas y glorias, guerra y paz.

Más allá de esa sociedad que convulsiona, no todo pasa; no es todo como el ave que no deja ni el rastro de sus alas en el aire.

Hay algo que no pasa: son las obras que cada uno de nosotros realiza; sean ellas buenas o malas, quedan en nuestro recuerdo, en los profundo de la conciencia, en la presencia de Dios.

Y de cada una de esas cosas deberemos dar cuenta al Creador, para nuestra vergüenza o para nuestro consuelo.

Un abrazo fraterno,


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Con textos de Alfonso Milagro

17 de noviembre de 2011

La Virgen María es María de Nazaret


El templo de mi parroquia tiene varias imágenes de la Virgen María: "Asunta a los cielos", "Fátima" y "La Dolorosa o Virgen de los Dolores". Hace poco tiempo se aparece Juan con otra imagen distinta, pidiendo al párroco la entronisara, recibió como respuesta un no cariñoso «por falta de lugar» y una recomendación afectuosa: María de Nazaret, mujer pura y sencilla es la Madre de Dios, es el modelo a seguir.

El sacerdote chileno Alberto Hurtado dice
«María santísima, la más bella criatura... pero su misión no es ser ella el centro del culto, sino llevarnos a Jesús y por El al Padre»
Clarísimo.

Juan Pablo II en su visita a México en el '79 dijo
«Nuestro pueblo tiene muy presente a la Virgen María, la Madre de Dios, la Inmaculada, a María como nuestra madre, sin mancha, sin pecado, virgen pura, reina y señora y bajo muchas advocaciones comunes (Guadalupe, El Carmen, Fátima, Del Valle, Luján, del Rosario, Itatí, Caacupé...). Sus misterios pertenecen a la identidad propia de estos pueblos y caracterizan la piedad popular»
Todo eso y más es la Virgen María. Esa es nuestra fe. Y todo hay que conservarlo. Pero si nos quedamos sólo con esa Virgen María, podemos caer en el peligro de:
  • Divinizar a María y hacer de ella «la cuarta persona de la Santísima Trinidad" ¿No aparece la Virgen María, para algunos, superior a Jesucristo, como si fuera una diosa al lado de Dios?
  • Convertirla en mediadora entre un Dios exigente y altivo y un pueblo que sufre y espera el perdón. Cristo paga a un Dios «bravo» por nuestros pecados y María nos protege contra ese juez implacable e intercede por nosotros ¿No se fomenta en bastantes templos una atención preferencial a la Virgen María sobre Cristo y el Sagrario donde Él está vivo y presente?
  • Quedarnos pasivos admirando a la Virgen, llenando nuestra boca con sus grandezas, que vemos lejanas e inalcanzables para nosotros. En todos esos donde o «gracias» que Dios ha concedido a María, ella es irrepetible, no la podemos «seguir».
Y nos contentamos sólo con admirarla, alabarla, pedirle favores, remedios y pagarle promesas...

Así nos apartamos de lo que está en el origen de nuestra fe, de la fe de las primeras comunidades cristianas, de la fe que nos transmite el Nuevo Testamento. Tenemos que volver a este origen, sobre todo a los evangelios, para comprobar que, para las primeras comunidades cristianas esa Virgen María (la Madre de Dios, la Inmaculada, a María como nuestra madre, sin mancha, sin pecado, virgen pura, reina y señora...) no es otra cosa que María de Nazaret.

Y es así que está a nuestro alcance como la «primera cristiana», «seguidora de Jesús». María de Nazaret nos enseña a ser cristianos, comunidad cristiana, Iglesia, pueblo de Dios.

Ella si que es una llamada, una exigencia para nuestro vivir diario.

Fraternalmente,



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Sobre textos del padre Félix Moracho s.j.

16 de noviembre de 2011

Bañado por su Luz


Jn. 8, 12
  1 Pe. 2, 12 

Dice el Padre Alfonso Milagro*

No todos los días son iguales, ¿verdad?. Pues bien, tu que corres, no te agites; tu que vives, no te angusties; tu que dudas, no vaciles.

Si corres, no te precipites; si vives, no te desorientes; si estás angustiado, no te oprimas.

Será preciso correr, vivir, angustiarse; la vida es todo eso; pero en todo momento habrá que tener presente la moderación en todo, para todos es la regla de oro que debe regir nuestros actos.

Cristo dijo que El es el Camino, la Verdad y la Vida.

Si vas por ese Camino, no te extraviarás; si aceptas y vives esa Verdad, no caerás en el error; si penetras en esa Vida, te alejarás de la muerte.

El dijo también que es la Luz del mundo; no te alejes de El y caminarás seguro, bañado por su Luz.
Fraternalmente,


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* Sacerdote argentino (1915-1981)

15 de noviembre de 2011

No podemos desprendernos de nuestra cruz


Lucas 14, 27

La gran preocupación del hombre es cómo hacer para echarse la cruz de los hombros.

Son inmensos los esfuerzos que está haciendo el hombre para evitar la carga de la cruz, del sufrimiento; se quiere tener una vida sin sufrimientos, sin dolores, sin problemas; pero en ese afán desmedido el hombre encuentra su penitencia.

Es que el hombre de hoy desconoce que el sufrimiento puede tener en sí un verdadero valor; lo desconoce y lo rechaza. En un esfuerzo por hallar una vida sin sufrimientos, halla unos sufrimientos sin vida, es decir, sin sentido, sin proyección y eso es precisamente lo que le amarga: que no puede escaparse de sufrir y que no le vea ningún sentido a su sufrimiento.

Hablando en cristiano, diríamos que el que pretende encontrar un Cristo sin cruz, encontrará una cruz sin Cristo; y una cruz sin Cristo resulta abrumadora, amarga, insoportable de llevar sobre los hombros, imposible de llevarla en el corazón.

Fraternalmente,


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«Los cinco minutos de Dios» Alfonso Milagro

14 de noviembre de 2011

Mucho más allá de la razón


¿Racionalizar la fe?
Quise hacerme dueño y no esclavo de ella,
y así llegué a la esclavitud,
en vez de llegar a libertad de Cristo (Miguel de Unamuno)

Fraternalmente,

13 de noviembre de 2011

Somos distintos


Domingo 33, ciclo A - Mateo 25, 14 - 30

«Al primero le dio cinco talentos de oro;
a otro le dio dos y al tercero, solamente uno; 
a cada uno según su capacidad...» (v. 15)

En el mes de julio del año pasado, después de muchos años, volví a servir en una Convivencia con Dios; integré el equipo de cocina. Decir «después de muchos años» es expresar mi ausencia en la Santa Iglesia Católica. El tiempo que dediqué a la política: diez largos años.

En la ausencia supe que muchos servidores ya no lo eran y con sorpresa fui conociento a los nuevos; claro, la cocina cuando la actividad lo permite, acoge a los servidores que no tienen participación activa y todos, sobretodo los que no son compoblanos, querían saber de mí y sin querer fueron haciendo comparaciones; lo sentía en los gestos y lo distinguía en los sutiles comentarios.

Es lo que yo llamo «celos apostólicos» y creo haber dicho que se nota con más fuerza en los equipos (ministerios) de música; naturalmente, la vanidad vieja amiga y compañera siempre nos juega una mala pasada.

En una película sobre Mozart se pone en evidencia cómo las personas somos muy distintas. Un compositor entrado en años llevaba en su mano la partitura de una melodía que había logrado componer después de dedicar mucho tiempo y esfuerzo; Amadeus Mozart, que es casi un niño, le arrebata en broma la partitura y con una facilidad pasmosa la interpreta de una manera diferente y mejorada. Al viejo compositor se le plantea la disyuntiva: los celos y el enfado, o reconocer que Amadeus es un genio y él no lo es.

Somos muy distintos, y por eso no debemos compararnos con los demás. De las comparaciones surgirá la vanidad y pensar que uno hace más o mejor que los otros, o puede entrar el enojo y quedarse paralizado al comprobar que no se tienen las virtudes de los demás.

Con quien debemos contrastar nuestra vida es con Jesucristo, perfecto hombre, y hacer lo que podemos y debemos hacer. Dios nos va a pedir a cada uno según las capacidades que nos ha dado. No nos va a pedir, por tanto, aquello que no podemos dar; pero sí lo que podemos dar.

Cada uno haga lo que pueda, todo lo que pueda; lo que es locura es enterrar el talento, es decir, dedicar su tiempo y sus capacidades -que son de Dios- a sus egoístas planes personales. Y al que mucho se le dio, mucho se le pedirá.

Los santos que veneramos son personas que han sido fieles a Dios. Pero entre ellos son muy diferentes. Algunos eran intelectuales y otros no, unos fueron religiosos y otras madres de familia. Cada uno tuvo sus luchas, y su vida fue mucho más parecida a la nuestra de lo que a veces la imaginación les ha atribuido. También nosotros podemos ser santos, a nuestra manera; mejor dicho, a la manera que Dios quiere para nosotros.

Gracias, Dios mío, porque me has hecho como soy, porque me quieres como soy, incluso con mis defectos cuando trato de superarlos. Pídeme lo que quieras, y dame tu gracia para que, contigo, pueda cumplirlo.

Fraternalmente, buen domingo


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Sobre textos de Jesús Martínez García

12 de noviembre de 2011

Una plegaria sencilla

Virgen de la reconciliación, mostranos al Padre cada día 
y a Cristo que vive en los hermanos.
Ayúdanos a comprender las exigencias del Sermón de la Montana.
Que seamos sal de la tierra, luz del mundo,
levadura de Dios para la historia.
Enséñanos a vivir sencillamente la fecundidad de las bienaventuranzas.
Que seamos pobres y misericordiosos,
limpios de corazón y serenos en la cruz,
hambrientos de justicia y hacedores de la paz.
Que gritemos al mundo ¡Dios en nuestro Padre y
todo hombre es mi hermano!
Que asumamos sus angustias y esperanzas.
Que enseñemos a los hombres descreídos y amargados
que sólo confían a la ciencia y a las armas
y viven la explosiva tentación de la violencia,
que la paz es posible todavía,
porque es posible el amor.

Cardenal Eduardo Pironio*
Fraternalmente,


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* 1920-1998, fue presbítero, obispo y cardenal católico argentino
Imagen: Virgen del Rosario de San Nicolás, Argentina

11 de noviembre de 2011

Cantos de libertad

Ex 15, 2

El paso del mar Rojo es definitivo en la historia de Israel. Profetas y sabios estarán siempre haciendo referencia a él y continuamente invitarán al pueblo a recordar y celebrar este hecho.

Momento cumbre en su relación con Dios, que los lleva a tener una experiencia comunitaria de salvación: ya no son una muchedumbre, sino un pueblo con una suerte común, unido por una experiencia salvífica que ha sellado su destino.

En la frontera, en el límite entre «la casa de la esclavitud» y la tierra de la libertad, el pueblo de Dios aprende tres cosas:
  • Siempre que el mar Rojo se interpone, cuando las puertas se cierran y las alternativas desaparecen, entonces Dios nos sorprende con un camino imprevisible, que no había sido considerado. Los milagros se dan sólo frente a imposibles. El cielo interviene cuando todas las alternativas humanas están cerradas.
  • La ruta hacia la tierra prometida está sembrada con obstáculos. Sólo quien se establece sin avanzar, no tiene problemas porque él mismo es un problema.
  • Para que los milagros se den, Dios pide colaboración dando pasos en fe. No es posible quedarse esperando que las aguas se abran. Caminando es como éstas retroceden.
Fraternalmente,



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Foto: Huyendo hacia mí. EL Ojo Digital - Sobre textos de José Prado Flores

10 de noviembre de 2011

Solo en ese momento


Algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar, 
indefectiblemente te encontrarás a ti mismo,
y esa, sólo esa, pueda ser la más feliz
o la más amarga de tus horas  (Pablo Neruda)

Fraternalmente,



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Foto: «Ignorados» Carlosaniers - El Ojo Digital

9 de noviembre de 2011

Los locos de Dios

"¡Oh Dios! Envíanos locos, de los que se comprometen a fondo,
de los que se olvidan de si mismos,
de los que aman con algo más que palabras,
de los que entregan su vida de verdad y hasta el fin.
Danos locos, chiflados, apasionados,
hombres capaces de dar el salto en la inseguridad,
hacia la creciente incertidumbre de la pobreza;
que acepten diluirse en la muchedumbre anónima
sin pretensiones de colgarse una medalla,
no utilizando sus cualidades más que en provecho de sus gentes.
Danos locos Señor, locos del presente,
enamorados de una forma de vida sencilla,
liberadores eficientes de los que no cuentan para nadie,
amantes de la paz, puros en su corazón,
resueltos a nunca traicionar, capaces de aceptar cualquier reto,
de acudir donde sea, libres y obedientes,
espontáneos y tenaces, tiernos y fuertes"
Este homenaje a los sarmientos del Señor fue escrito por el sacerdote (Orden de los Dominicos) y economista Louis-Joseph Lebret

Fraternalmente,




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Foto: Médicos sin fronteras

8 de noviembre de 2011

Actitud frente a la vida

Exodo 14, 28-31

Dios siempre toma partido por los más débiles, los pequeños e indefensos. Los últimos del desfile, son pa El los primeros. Se acerca a quienes tienen el corazón contrito, arrepentido y asiste de manera especial a quienes se encuentran más expuestos al peligro de muerte.

Por eso le dió a Moises la vara que abrieron el mar Rojo con doble efecto: mientras pasaba el pueblo de Dios, fueron la sepultura de jinetes y caballos que intentaban obstruir el plan divino.

¿Por que unos pudieron atravesar el mar, mientras que otros sucumbieron en las mismas aguas? ¿Por que hay gente que es derrotada por los problemas que otros vencen? ¿Por qué algunos se fortifican ante la adversidad, mientras que otros se amargan o desesperan?

Una sola palabra es la respuesta: la actitud frente a la vida.

Sólo depende de haber encontrado el sentido de la existencia, porque quien ha descubierto para qué vivir en este mundo, fácilmente puede sobrellevar el cómo y pagara cualquier precio con tal de lograr su objetivo.

La esencia de esta postura es la fe, no sólo de que el Señor está con nosotros, sino en nosotros y que toda concurre para bien.

Fraternalmente,



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Imagen: Nureli, El Ojo Digital - «Déjate caer... confía en mí»

7 de noviembre de 2011

Proverbios 3, 5-6

Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre

Señor, tú que estás por encima nuestro,
tú que eres uno de nosotros,
tú que estás también en nosotros,
que todos te puedan ver también en mí,
que yo pueda preparar el camino para ti,
que yo pueda agradecer por todo lo que me acontece.
Consérvame en tu amor,
así como tu quieres que los demás se conserven en el mío.
Que todo, en mi ser, se transforme en una alabanza.
Que jamás llegue a desesperar, porque estoy en tus manos
y toda fuerza y bondad están en ti.
¡Dame un espíritu puro para que te pueda ver!
¡Dame un espíritu humilde para que te pueda oír!
¡Dame un espíritu lleno de amor, para que te pueda servir!
¡Dame un espíritu fiel para que pueda permanecer en ti!

Esta maravilla fue escrita por Dag Hammarskjöld, Premio Nobel de la Paz póstumo en 1961. En el enlace está su historia.

Fraternalmente,


Imagen: Terremoto de Haití, 2010

6 de noviembre de 2011

Prudencia y descuido


Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre

Domingo 32, Ciclo A - Mt. 25, 1-13

En el léxico común “prudencia” significa moderación en el actuar. Pero la virtud de la prudencia es muchísimo más que eso. Tan importante es esta virtud que la Biblia la cita en varias oportunidades y Jesucristo nos la presenta como un requerimiento para entrar al Reino de los Cielos, cuando nos cuenta la famosa parábola de las vírgenes necias.

Aquellas muchachas no tenían otra cosa que hacer allí que entrar con unas lámparas encendidas acompañando al novio. No tenían que hacer otra cosa. Era muy fácil el encargo, pero el hecho fue que se olvidaron de llevar aceite de repuesto y al pasar el tiempo y darse cuenta de que se les apagaba su luz, se fueron, y no estuvieron allí en el momento preciso. La voz del esposo es contundente y tremenda: no os conozco, ya no nos veremos. ¿Por qué esa respuesta tan fuerte?, ¿por qué no la misericordia si las otras también se durmieron? Es que hay olvidos que no son falta de memoria, sino falta de interés, falta de amor.

Podría parecer que las otras doncellas no vivieron la caridad con ellas, o que el señor las trata sin compasión, pero es que en el corazón es donde uno decide hacer lo que hace. Las jóvenes prudentes realmente fueron prudentes, no sólo en ser previsoras, sino también no quedándose sin aceite, porque si estaban allí era para lo que estaban.

En este mundo estamos para alabar a Dios, no para enredarnos en historias y teorías de tal suerte que al llegar la muerte a uno le pille no estando en gracia. Y eso se decide en el día a día, en el interés o la falta de interés ante las mociones de Dios. Nadie se puede quejar de que Dios le diga en la vida eterna que no le conoce (es lo más terrible que Dios puede decir a una criatura), porque depende de uno mismo el amor a Dios. Cada una de nuestras acciones nos acerca a la vida o nos aleja de Dios, cada una es de vida o muerte.
Dame, Señor, la virtud de la prudencia para acertar en cada caso con lo que debo de hacer y lo lleve a cabo; que quiera comprometerme en lo que Tú me sugieres; que no deje para mañana lo que debo de hacer hoy, pues el mañana no sé si llegará para mí. Quiero estar preparado en todo momento -con la luz encendida, en gracia y en oración-, para que cuando me llames, pueda yo también decir: Aquí estoy porque me has llamado.
Fraternalmente, 


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Sobre textos del P. José Martínez García

5 de noviembre de 2011

Disfraces y aforismos

No soy de publicar aforismos en la página, tal vez porque nunca los utilicé para expresarme y porque son inspiraciones, respuestas de un alma fresca, y ese perfil no es -precisamente- el mío.

Los aforismos que publiqué los saqué de la agenda de editorial San Pablo que me regaló el padre Bruno, mi confesor. Me sirvieron -eso si- para intentar -tibiamente- la vuelta a las publicaciones; algún día y con tiempo, voy a contar en profundidad mi experiencia reciente de una frase muy utilizada, «Dios escribe derecho en renglones que son torcidos»

Los elegí al azar, a los aforismos. Pero estos, al igual que el texto que publiqué de «La Imitación de Cristo», vistos en perspectiva, tiene relación con mi estado de ánimo y, naturalmente, en mi relación con Dios.

Son disfraces que utilizo -de un modo inconsciente- porque representan lo que me pasa. Y a los disfraces, a las máscaras, uno los utiliza para no quedar tan expuesto; como en una obra de teatro, que otro hable por uno. Y siempre, siempre, detrás de los disfraces existe una cuota -mucha o poca, no importa- de hipocresía.

Recuerdo que durante la revolución en la República de Bolivia que luego llevó a Evo Morales a la presidencia del país, la consigna del pueblo era »Detrás del miedo está la libertad»; y es una verdad absoluta que sirve para entender la frase de Arturo Graf que publiqué «La vida es un negocio en el que no se obtiene una ganancia que no vaya acompañada de una pérdida».

No desprendernos de todo, de las costumbres, de las cosas que uno guarda «por las dudas», de los apegos, es como si a los sarmientos que somos, los vamos cubriendo con capas de pinturas hasta que deja de producir frutos.

El final del texto de Kempis refleja con crudeza mi actitud frente a Dios. Marca los puntos de esa relación, si tuviera que graficarlos dibujaría la cordillera de Los Andes: puntos altos, muy altos y otros muy bajos y entre unos y otros un espacio tan duro como largo.

Dice Kempis hablando de la comunión «Y yo, miserable y más pobre de los hombres, ¿cómo te introduciré en mi casa, que a duras penas puedo aguantar media hora de oración? Y ¡ojalá que por lo menos una vez fuera media hora transcurrida como se debe!»

Tal cual, la cabeza a mil en los problemas nunca va a separar la paja del trigo ni a comprender que cuando a Dios le pedimos una planta de naranjas nos dará una semilla.


Fraternalmente,

4 de noviembre de 2011

Y por casa, como andamos?


«Cuatro características corresponden a un Juez:
escuchar cortésmente, responder sabiamente, 
ponderar prudentemente y decidir imparcialmente» (Sócrates)

Fraternalmente,


3 de noviembre de 2011

Laberintos

Noé, varón justo, trabajó cien años en fabricar una arca para guarecerse en ella con pocas personas: ¿pues cómo podré yo en una hora prepararme para recibir con reverencia al que fabricó el mundo?

Moisés, tu gran siervo y tu amigo especial, hizo una arca de madera incorruptible, y la revistió de oro purísimo para poner en ella las tablas de la Ley; ¿y yo, criatura corrompida, osaré recibirte tan fácilmente a Ti, hacedor de la ley y dador de la vida?

Salomón, el más sabio de los reyes de Israel, edificó en siete años, en honor de tu nombre, un magnífico templo. Celebró ocho días la fiesta de su dedicación, ofreció mil hostias pacíficas, y colocó solemnemente el Arca del Testamento, con músicas y regocijos, en el lugar que le estaba preparado.

Y yo, miserable y más pobre de los hombres, ¿cómo te introduciré en mi casa, que a duras penas puedo aguantar media hora de oración? Y ¡ojalá que por lo menos una vez fuera media hora transcurrida como se debe!

 Fraternalmente,
















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*Tomas de Kempis

2 de noviembre de 2011

Inventarios

«La vida es un negocio en el que no se obtiene una ganancia
que no vaya acompañada de una pérdida» (Arturo Graf)

Fraternalmente,

Claudio




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Imagen: El Ojo Digital

1 de noviembre de 2011

Sean santos.. porque Yo, el Señor, soy santo

Los que hacen profesión de pertenecer a Cristo se distinguen por sus obras, obrando según lo que hablan y dándose a conocer por lo que hacen sin hablar (Ignacio de Antioquía)

Paz y bien en el Señor Jesús y en su Santísima Madre!

Claudio