22 de abril de 2014

Que domine la razón y el corazón


Todos llevamos dentro de nosotros mismos un altar en el que hemos entronizado a nuestro YO y al que le rendimos culto con excesiva frecuencia e intensidad.

La conquista del YO es la mayor victoria que el hombre puede lograr; conseguir que la vida no sea dominada por el ego, sino por la razón y el corazón.

Cuanto más perfectos seamos nosotros en nuestra vida, más comprensivos nos mostraremos con las imperfecciones de los demás; por el contrario, cuanto menos perfectos seamos nosotros, más exigentes nos mostraremos con los otros.

Siempre estamos inclinados a reprobar y criticar los defectos de los demás,  sobre todo aquellos defectos que nosotros también tenemos y que no nos atrevemos a confesárnoslo.  Otras veces criticamos los defectos que nosotros no tenemos, como una evasión para no reconocer y recordar los defectos que tenemos y nos dominan.

Decía Ralph Emerson «Nadie ha aprendido el sentido de la vida hasta que ha sometido a su ego para servir a sus hermanos.»

Ese camino de perfección que recorreremos hasta el fin de nuestros días,  deberemos hacerlo despacio, con suavidad pero con criterios.

Paz y bien


1 comentario:

  1. Infelizmente nesta actualidade parece-me que o egoísmo é dominante.
    A nossa sociedade está fria, calculista distante.
    Precisamos de usar a razão com justiça e amor. Precisamos reaprender a viver, cuidando do nosso planeta Terra como um tesouro público e não apenas de alguns.

    ResponderBorrar

«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.