27 de julio de 2010

¿Donde esta tu fe? Mantente firme y persevera.


¡Paz y bien para todos!

Dice el Señor: "¿Acaso hay algo que sea difícil para mi?" ¿O seré como aquel que dice y no hace? ¿Dónde está tu fe? Mantente firme y persevera. Se varón magnánimo y fuerte y a su tiempo te llegará la recompensa. Espérame, espérame. Iré y te curaré. Lo que te tortura es la tentación y el temor infundado es lo que te espanta.

¿De que te aprovecha la preocupación de lo que va a suceder sino para acumular una tristeza encima de la otra? A cada día le basta su afán (Mt. 6, 34). Es inútil y sin provecho inquietarse o alegrarse de algo que ha de acontecer y que quizá nunca ocurrirá. Es propio de la naturaleza humana ilusionarse con tales fantasías y señal de pequeñez de alma dejarse llevar tan fácilmente por las mentiras del enemigo.

El demonio no mira si engaña o ilusiona con lo verdadero o falso, o si triunfa con el amor presente o con el temor de lo futuro.

No se perturbe tu corazón, ni se acobarde (Jn. 14, 27) Cree en mi y ten confianza en mi misericordia. Cuando juzgas que estás apartado de mi con frecuencia yo estoy más cerca. Cuando crees que casi todo está perdido, entonces es cuando muchas veces puedes ganar mayores méritos.

No está todo malogrado cuando sobreviene alguna contrariedad. No debes emitir juicios según el sentimiento humano, ni aplastarte por cualquier dificultad, venga de donde venga y recibirle como si no hubiera ninguna esperanza de remedio. No te consideres totalmente abandonado si te he enviado alguna vez tribulaciones o privado de un consuelo deseado, porque de esta forma se camina hacia el reino de los cielos.

Sin duda es más útil a ti y a los demás servidores míos ser ejercitados en las contrariedades que tenerlo todo según el propio gusto.

Yo penetro los pensamientos ocultos y se que es muy conveniente para tu salvación que, de tiempo en tiempo, te deje privado de consuelos para que no te ensoberbezcas en los acontecimientos prósperos y quieres complacerte de algo que no eres. Lo que te día, te lo puedo quitar y restituir cuando yo quiera.

Lo que te doy, cuando te lo doy, es mío. Cuando te lo quito, nada quito de lo tuyo, ya que mío es todo don excelente que viene de lo alto, mía es toda donación perfecta. (Sant. 1, 17)

Que el Señor los colme de bendiciones!

Claudio C.



La Imitación de Cristo, Tomás de Kempis


1 comentario:

  1. hola paso visitando nuevamente su blog, reciban muchísimas bendiciones desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

    ResponderBorrar

«Porque la boca habla de la abundancia del corazón.» (Mt. 12, 34) Por lo tanto, se prudente en el uso de ellas y recuerda que en este blog no se aceptan los comentarios anónimos.